Cortar la cadena de transmisión: cómo el cambio en el comportamiento puede proteger a las personas y mantener saludables a los animales

15 de octubre de 2020
Pigs

La bioseguridad y la higiene de los animales son más importantes que nunca, especialmente con el mundo en medio de la pandemia de COVID-19, causada por un nuevo coronavirus que probablemente haya pasado de los animales a las personas en un mercado de alimentos. La transmisión viral de animales a humanos es una gran preocupación para la salud pública, pero los brotes solo dentro del ganado también pueden ser devastadores, causando decenas de miles de millones de dólares en daños económicos.

 

Dos agentes patógenos han llamado mucho la atención internacional últimamente: la fiebre porcina africana, que hizo estragos en rebaños en Asia y Europa, y la nueva cepa G4 del virus de la gripe H1N1, que ha pasado de cerdos a personas en China y puede tener el potencial de transmisión entre humanos.   

 

¿Cómo podemos proteger a nuestro ganado de infecciones y fortalecer la protección de la sociedad contra potenciales agentes patógenos que provoquen una nueva pandemia? No es un secreto que la química y la tecnología son cruciales. Lo que se conoce menos es la importancia de la capacitación y las buenas prácticas sostenidas de higiene en animales y limpieza. Si las personas no hacen las cosas bien continuamente, no existe desinfectante en el mundo que pueda proteger a los animales de las enfermedades.      

 

Procurar que eso ocurra, con la capacitación, los productos y la tecnología adecuados, es el trabajo de CID LINES, la compañía de bioseguridad belga de mayor crecimiento que fue adquirida por Ecolab a principios de este año. Ecolab ya ayuda a producir el 44 % de la leche del mundo y el 36 % de sus alimentos procesados. Con CID LINES, incorpora un equipo de especialistas muy preparados que ya está activo en 114 países y ofrece más de 1,000 productos.

 

Bioseguridad para personas

 

Con el trasfondo de la pandemia de COVID-19, los consumidores están más alertas en cuanto a los problemas de salud, y esa preocupación no se limita al coronavirus en sí. La seguridad alimentaria también es prioridad en la agenda.

 

"Con la incorporación de CID LINES, Ecolab fortalece significativamente su huella de la granja a la mesa", dijo Steve Anderson, Vicepresidente Sénior y Gerente General de la división de Salud Animal Global de Ecolab. "La pandemia actual nos permite explicar lo que hacemos con mayor facilidad. La forma de detener la propagación del COVID-19 es en esencia bioseguridad para personas: es lo que CID LINES ha estado haciendo por los animales hace décadas".

 

Caso en estudio: La fiebre porcina africana, una enfermedad que ha hecho estragos en rebaños de África, Europa y Asia. El virus que la causa es extremadamente contagioso para los cerdos y puede matarlos en una semana. Los brotes son difíciles de contener y no existe vacuna. Una vez que una granja esta infectada, sus rebaños deben ser sacrificados y los cadáveres destruidos.

 

La fiebre porcina africana estuvo casi erradicada para la época de 1990, pero volvió a ingresar en el ganado a través de la carne de jabalíes salvajes y los cazadores. "Los humanos, que transportan el agente patógeno en la carne o en sus ropas y otros materiales, fueron el vector", dijo la Directora Comercial de CID LINES, Helena Brutsaert. "Bajo circunstancias normales, los jabalíes salvajes y los cerdos de granja no se mezclan. Si existe un problema, se debe a las personas que se trasladan y transportan animales y carnes".

 

¿Cuál es la clave para prevenir brotes? "Cortar la cadena de transmisión", afirmó Helena. "Primero, hay que procurar detener la propagación entre granjas, luego resolver los problemas que tiene en su propio negocio. Esa es la forma de vencer a la enfermedad".

 

Lo mismo sucede con el G4-H1N1. Como se han descubierto casos de transmisión de cerdos a personas, existe preocupación sobre su potencial para desencadenar una pandemia. La mayoría de los expertos coincide en que la probabilidad es relativamente baja, ya que no existe evidencia de transmisión entre las personas. Pero en la era del COVID-19, nadie quiere correr el riesgo.

 

Sin embargo, el riesgo inmediato es para los rebaños porcinos, y CID LINES tiene la seguridad de que puede ayudar a protegerlos, ya que la nueva cepa de G4 es casi genéticamente idéntica a diversos agentes patógenos que puede controlar de forma efectiva. Pero los productos no son el problema más crítico, destacó Helena. "Sabemos que los virus se pueden matar. La pregunta real es: ¿está usando los productos de la forma correcta?".

 

Cambiar la cultura

 

Con décadas de experiencia en bioseguridad en su haber, CID LINES ha aprendido que la capacitación es tan importante como la química. Aplicar el producto adecuado es fundamental, pero si no es acompañado por los comportamientos adecuados, sus efectos beneficiosos estarán limitados en el mejor de los casos.

 

Es por eso que los especialistas de campo y los capacitadores de CID LINES son tan importantes como sus científicos e ingenieros. En todo el mundo, trabajan con empresas para inculcar buenas prácticas en áreas que incluyen higiene personal, establecimientos, equipos, el transporte seguro de animales y el control de plagas, y establecer protocolos para el monitoreo y el cumplimiento a largo plazo.

 

"Supongamos que está repoblando su granja después de un brote", dijo Shari Sterck, Gerenta de Comunicaciones de Marketing Sénior. "Si no conserva su personal y se asegura de que todos hagan exactamente lo que deben, no tiene sentido conseguir cerdas nuevas. Si hay otra granja que está afectada en la cercanía, su nuevo rebaño estará infectado antes de que se dé cuenta".

 

Mientras tanto, el riesgo de brotes de enfermedades de animales es cada vez mayor a medida que crece la población mundial, las clases medias se amplían, aumenta la demanda de proteína y más y más personas hacen viajes internacionales.

 

"Debido a que el comportamiento humano con frecuencia ayuda a propagar estas enfermedades, debemos ser más conscientes que nunca sobre la forma en la que interactuamos con los animales", afirmó Helena. "Todas las partes de la cadena de suministros de alimentos tienen que estar más alertas. Tenemos que generar concientización y cambiar la cultura".

 

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